Con este artículo termina el segundo capítulo del manual de genealogía, que he ido publicando en este sitio y puedes ver AQUÍ. Restan solo dos más, que son los prácticos, ya que hasta este momento todo ha sido más bien preparatorio, con nociones de qué esperar en genealogía, metodología, utilización de apellidos, genealogía genética, de dónde venimos los chilenos, mitos, y así un montón de información relativa a documentación, fuentes orales, bibliografía, etc.
En esta oportunidad, quiero entregarte el perfil de un genealogista, para que abordes este fascinante manantial de aventuras investigativas de la mejor forma posible. Para mí, la genealogía como disciplina, requiere de investigadores con ciertas características, así como para los trabajos “normales” se requieren habilidades y conocimientos, para desenvolverte en este mundo, también.
Así que justamente he separado en estas dos áreas las características para ocupar el puesto de “Genealogista”.
Habilidades
Actitud científica: hazte preguntas difíciles, duda siempre, no asumas cosas sin tener respaldo, sé perspicaz. Los relatos orales no siempre son verídicos, no confíes en las edades que aparecen en los documentos, no te quedes con una sola versión de las cosas, no creas en los índices; al contrario, revisa tú mismo hoja por hoja. Debes sopesar la información, analizarla y concluir. Extrae todo lo que haya en un documento, todo, hasta aquellas cosas que parezcan insignificantes, nunca se sabe cuándo cobrarán valor y siempre anota la fuente de investigación, es la única forma de poder ahondar en esa búsqueda y no partir de cero, además de mostrar claramente a otros cómo es que se hace tal filiación. En definitiva, si la genealogía es ciencia, tú debes ser un científico.
Tolerancia a la frustración: te vas a frustar, no es una amenaza ni quiero asustarte, es un hecho. Habrá momentos en que no encontrarás lo que buscas, muchísimos en que encontrarás cosas incompletas. Entonces, respira hondo, sal a caminar, piensa en otra familia, lee un libro… Y luego vuelve con nuevas ideas.
Paciencia: si no te consideras paciente, ni te interesa serlo, no podrás ser genealogista, lo siento. Los procesos investigativos profundos toman años de años. Tendrás que recorrer libros manuscritos de 1.000 páginas una a una y sacándole el máximo provecho, todo eso es lento. Salvo que tu familia sea conocida, el grueso del trabajo lo harás tú y ya sea por limitaciones de la documentación o porque no sabes cuáles más existen, no avanzarás en línea recta, tendrás que ampliar tu campo y eso significa mucho más tiempo.
Orden: sí, bastante orden. Yo sigo trabajando en este punto, pasa que sin orden uno trabaja dos veces. Para esto te recomiendo anotar todo; si buscas en un archivo, entonces anota lo que buscaste (apellido, periodo, por ejemplo), porque seguramente lo volverás a revisar y si no sabes qué hiciste antes, lo tendrás que hacer de nuevo. Anota siempre las fuentes de información, el fondo documental, el libro o volumen, las fojas o páginas, siempre. Pocas cosas son tan desagradables que encontrar apuntes donde no está la fuente, porque eso implica revisar todo de nuevo. Mantén una forma fácil de buscar en tu computador, apóyate en Softwares y sitios también.
Comunicación: nadie nace sabiendo, así que cuando tengas dificultades, pide ayuda; pero no una del tipo “necesito conocer los antepasados de Juan Pérez, de Ecuador… “ Si quieres que te ayuden, debes proveer toda la información necesaria, mínimo: nombres, lugares y fechas importantes, documentos ya revisados, familiares inmediatos y algún dato que pueda ser relevante. Haz tu trabajo, y si no sabes cómo, pregunta también. Créeme que muchos genealogistas son generosos y te podrán ayudar, pero ninguno es mentalista ni mago. Y cuando te ayuden, anota claramente quién te dio la información, lo mínimo es darle el mérito a quien corresponde. Por otro lado, compartir con otros genealogistas las familias o lugares investigados solo genera cosas positivas, ya que pese a que somos más bien solitarios con nuestros trabajos, uno está atento para entregar descubrimientos a otros y viceversa. La comunicación es vital.
Conocimientos
Genealogía: lee todos los libros de genealogía que te lleguen, busca, infórmate. Hay estudios que te pueden orientar, y en el mejor de los casos inclusive podrían tratarse sobre tu familia. Conoce los términos utilizados típicos, los usos de apellidos. Aprovecha de ver las fuentes documentales ocupadas en esos libros e incorpóralas a las tuyas, de hecho te acostumbrarás a ver los libros por sus fuentes. Saber de estudios familiares es lo mínimo para ocupar el puesto de “genealogista”.
Archivos: será imposible que avances en cualquier construcción documentada de tu familia si no conoces los archivos que puedes consultar. Pero no solo se trata de saber donde están, o qué fondos contienen; debes conocer con exactitud para qué te sirven, qué tipo de información puedes obtener, cuáles son las fechas extremas y alcances de la información. Los archivos son mundos por sí mismos y pocos los que le sacan el máximo provecho.
Historia: lee todos los libros de historia y artículos, ¿todo? Sí, pero con énfasis en la historia social, privada, de las mentalidades e historia local. Es decir, tienes que entender desde el proceso macro que estaba ocurriendo en diversas épocas a los comportamientos sociales, los flujos económicos y llegar hasta las personas que participaron en la historia de pueblos o ciudades. Si sabes cuándo se abrió un yacimiento minero y de dónde venían la mayoría de los nuevos pobladores, créeme que te habrás ahorrado muchas horas de investigación propia.
Geografía: naturalmente si no sabes qué ciudades, pueblos o localidades están cerca o lejos, los accidentes geográficos que hay, y sobre todo las delimitaciones geopolíticas en diversos tiempos, cómo estaban divididas las provincias, intendencias, gobernaciones, distritos, comunas, etc. o parroquias, curatos, obispados, etc.; se te dificultará orientar las búsquedas, necesitas conocer rutas de transporte también porque todos salen de un punto y llegan a otro! A veces aunque aparentemente haya un pueblo cercano, puede que esté del otro lado del río y nunca cruzaran por lo difícil en determinadas épocas, de hecho se usaban como límites geopolíticos justamente porque eran una barrera.
Genética: pese a que como dije en algún momento, la genealogía tradicional se alimenta de relatos y documentos, la genética pasó a ser un conocimiento complementario importantísimo. De hecho, creo que en unos 10 años más la mayoría de las publicaciones de genealogía tendrán un componente genético y debes aprender cómo funciona para sacarle el máximo provecho. De hecho, me atrevo a aventurar que el estudio genealógico cambiará completamente y tendrás versiones documentales y genéticas, además de la mezcla de ambas.
Investigación: no sólo debes conocer los resultados de la investigación de otros leyendo libros, debes entender que es un proceso con etapas, y hay un método que debe aplicarse. La genealogía se construye sobre pruebas sólidas, si no, no es genealogía. No es algo esotérico ni subjetivo, es súper concreto.
Me imagino que piensas que son características muy exigentes, y puede que tengas razón, pero como cuando se ofrecen puestos de trabajo siempre se pide el 100%, en este caso igual, apunto alto. Y eso que no puse conocimientos de paleografía o redacción que, aunque son importantes, por esta vez los dejaré en "deseables". Lo mismo que los conocimientos de heráldica, leyes, arte o arquitectura, por ahora "deseables".
Llegar a ser un genealogista es un proceso, y aunque se crea que son los años los que te hacen mejor, créeme que como en todo trabajo, solo progresarás si fortaleces tus habilidades y conocimientos. Aquellos que se quedan en un tipo de fuente de investigación, aquellos que por más que lean no hacen las conexiones con sus estudios familiares o no son rigurosos a la hora de proponer una genealogía, lamentablemente por más años que pasen, no calificarán para el puesto.
Para mí, la genealogía es seria, me apasiona, y aspiro a que tenga un espacio destacado en la sociedad. Que se publique más y mejor. Y no porque algunos lo miren como hobby, se haga mal.
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Hola, me gustaria realmente saber en quienes confian para realizarlo y hasta donde es cierto lo que ha aparecido en mi arbol, segun Family Search, en mi arbol estaria un descendiente del profeta israelita Abraham y el mismo es tatara abuelo del profeta Mahoma... como que esto no me cierra, mas alla de todos los reyes en otra linea de mi familia, yo con documentacion llego hasta el 1800, lo demas me parece una broma, como llegan a esas conclusiones?- Gracias
Gracias!
Daniel, hay unas 3 familias distintas Zúñiga en el sector que indicas. Si quieres me puedes dar más antecedentes por si al investigar encontrara algo respecto de la tuya.
Glowluz, te recomiendo que participes en el grupo Viva la Genealogía por FB, hacemos reuniones virtuales y entre todos te podríamos orientar...
Saludos!
Maravilloso articulo!
El cual me hace ver que ha pesar de tanto tiempo de estar buscando y sin lograr mucho, ha sido no solo por mi falta de tiempo pero tambien por mi falta de orden...tengo mucho que aprender!
Ando buscando de hace anos a mis bisabuelos Juan Evangelista Osorio Burboa y Candelario Solis . Este ultimo no tiene un segundo apellido y mas encima perdi totalmente la pista si nacio en Chile o en Espana. No tengo idea donde buscar y mas encima no vivo en Chile.
Saludos y gracias por la guia.
Excelente post... llevo ya un par de días confeccionando el árbol genealógico de mi familia Zúñiga...oriundos de la zona de El Manzano y de Requinoa, en la Sexta Región, y ya me he topado con muchas cosas que comentas... muchas gracias por la guía